Fotografía cedida por Luis García (Cualquier día...)

Nota sobre las fuentes históricas

Al tratar sobre los guanches y los menceyes, existen diversos tipos de fuentes que se pueden consultar.

En primer lugar están los documentos oficiales contemporáneos, en los cuales, desgraciadamente, no abundan las referencias a los menceyes, pero sí se dan ciertos detalles de suma importancia.

Luego están las fuentes provenientes de los historiadores. Los primeros que tratan sobre estos temas son algo posteriores a los hechos, pues sus obras son de finales del siglo
xv. Estos autores se basan en manuscritos antiguos, así como en informaciones orales de los descendientes de los guanches.

Entre estos primeros estudiosos sobresalen el ingeniero Leonardo Torriani Descripción e Historia del Reino de las Islas Canarias, 1590— y Fray Alonso de Espinosa Historia de Ntra. Sra. de Candelaria, 1594—, aportando ambos informaciones muy similares, por no decir iguales. Tras ellos llega el gran problema de la historiografía canaria en el tema que nos ocupa, el poeta-historiador Antonio de VianaLa conquista de Tenerife, 1604—.

Viana escribió un poema épico aprovechando informaciones históricas y, quizás, también fuentes orales. El problema surge porque su obra mezcla indistintamente la verdad histórica con la invención literaria, tomando muchos autores posteriores sus aportaciones como dogma de fe.

Los historiadores siguientes —Fray Abreu Galindo, 1632; Juan Núñez de la Peña, 1676; Tomás Marín de Cubas, 1694; y José de Viera y Clavijo, 1772— beben de los anteriores, agregando algunos detalles sobre los hechos al poder consultar las fuentes primarias, es decir, los textos contemporáneos de la conquista y colonización —libros de datas, documentos notariales, acuerdos del Cabildo,...—.

Llegados al siglo xix, sobresalen dos autores que, si bien aportan información que se ajusta en cierta medida a los descubrimientos arqueológicos y las investigaciones modernas, están basados sobre todo en información oral. Hablo de las obras de Manuel de Ossuna y Saviñón, su hijo Manuel de Ossuna y Van den Heede, y Juan Bethencourt Alfonso. Obras que han sido tomadas por muchos amantes de lo guanche como verdaderas biblias.

A este respecto tengo que agregar que creo en cierta veracidad en los datos transmitidos oralmente entre la población —en el Sur de la isla sobrevivían familias que se sabían descendientes de los guanches en pleno siglo xviii—, pero hay que tener en cuenta que seguramente muchos de estos datos estaban “contaminados” por las propias ideas de los autores. Por ello, hay que tomarlos con mucho cuidado y sentido crítico.

Por último están las investigaciones llevadas a cabo por estudiosos a lo largo del siglo xx, en cuyos trabajos cotejan las diversas fuentes anteriormente citadas. Entre estos trabajos destacan los de Buenaventura Bonnet «El mito de los nueve Menceyes», Juan Álvarez Delgado «La división de la isla de Tenerife en nueve reinos» y el capítulo VI de «La conquista de Tenerife» de Rumeu de Armas titulado Estructura política de las monarquías aborígenes.


Nota: En la siguiente entrada podrás ver un listado de estas y otras fuentes que tratan sobre la cultura guanche y la conquista de la isla.

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